Motores de transformación del sector agropecuario, con el productor rural como protagonista de esta travesía. Entre la industria y el cliente final, se sitúa entre la innovación tecnológica y las tradiciones de la tierra, pero, cada vez más, también se posiciona como articulador de prácticas sostenibles que equilibran productividad y conservación ambiental.
Este proceso también atrae a las nuevas generaciones, que ya nacen conectadas a temas como bienestar animal, reducción de emisiones y manejo responsable de los pastos, reforzando el papel del productor como agente de la transición hacia una ganadería de bajo carbono. De esta forma, el perfil de los emprendedores se va renovando y, al mismo tiempo, fomenta aún más el proceso de innovación tecnológica.
Pero la tecnología por sí sola no es suficiente. Los nuevos gestores del agronegocio van mucho más allá de las técnicas para aumentar la productividad, ampliando su actuación con base en gobernanza, visión de mercado, planificación financiera y acciones en torno a la seguridad jurídica. La sostenibilidad también ha pasado a integrar esta agenda, ya sea por medio de la recuperación de áreas degradadas, de la integración agricultura-ganadería-bosque (ILPF) o del uso de bioinsumos y manejo regenerativo de los suelos. Con este nuevo retrato, el productor rural lidera iniciativas por la sostenibilidad en el campo y abastece de manera segura los mercados interno y externo de alimentos.
El uso de bioinsumos y fertilizantes sostenibles, por ejemplo, viene ganando destaque, dado que los productores buscan alternativas más ecológicas y que respeten las legislaciones ambientales.
Agricultura de precisión, uso de drones para mapeo de cultivos, sensores de suelo, monitoreo vía satélite, softwares de gestión integrada e inteligencia artificial aplicada al clima y al bienestar animal también forman parte del cotidiano de quienes producen. Estas soluciones tecnológicas, cuando se combinan con prácticas de manejo sostenible, permiten reducir emisiones, mejorar la eficiencia alimentaria y preservar el suelo y el agua — pilares de la ganadería moderna.
“Estas herramientas no solo aumentan la productividad, sino que también reducen costos, permiten la trazabilidad y conectan el campo directamente con las exigencias de los mercados internacionales. Es justamente esta transformación tecnológica la que ha atraído a jóvenes profesionales al agro, porque ofrece espacio para aplicar ciencia y datos a escala”, evalúa la especialista en agronegocio y fundadora de Governança Agro, Amanda Salis Guazzelli, en entrevista al Correio Braziliense.
De emprendedor a gestor, mucho más allá de la cualificación técnica
Para Ronald Caselli, administrador y CEO de Exponencial Administração e Tecnologia -empresa que ofrece soluciones en gestión, tecnología, compliance y capacitaciones-, el protagonismo del agronegocio brasileño es resultado directo de la “combinación entre tecnología y gestión”. También en entrevista al Correio Braziliense, afirma que, por un lado, la tecnología trajo mecanización, softwares e inteligencia de datos, que aumentaron la productividad del campo; por otro, la administración estratégica permitió transformar la producción en negocios sostenibles, organizados y competitivos a escala, muchas veces global. “Brasil se convirtió en referencia mundial porque el productor rural dejó de ser solo técnico y se transformó también en gestor, utilizando la tecnología como aliada para innovar, reducir costos y abrir nuevos mercados. Este matrimonio entre el campo, la administración y la tecnología es lo que explica el papel destacado del agronegocio en la economía nacional y su competitividad en el mercado internacional”, detalló Caselli.
Sin embargo, aunque el agronegocio se asocia a menudo con grandes propiedades mecanizadas, el sector está mayoritariamente compuesto por pequeños y medianos productores. Alrededor del 77% de los establecimientos son de agricultura familiar, según el Censo Agropecuario realizado por el IBGE en 2017 (el último disponible).
Es precisamente entre estos pequeños y medianos productores donde la innovación sostenible ha mostrado mayor potencial transformador, a través de la adopción de prácticas de bajo costo y alto impacto ambiental positivo.
Recursos ayudan a impulsar la innovación

Foto: Tho-thong khonniyom/ Shutterstock
Es en este escenario marcado por la mayor presencia de pequeños y medianos productores donde las líneas de crédito desempeñan un papel estratégico.
A través de los FIAGROs (Fondos de Inversión en las Cadenas Productivas del Agro), creados en 2021, por ejemplo, Brasil ha acelerado la adopción de nuevas tecnologías en el campo, como sistemas de irrigación inteligente, agricultura de precisión y el uso de big data y drones.
Estrategia para atraer recursos privados e impulsar la modernización del agronegocio brasileño, estos fondos permiten que los inversores participen en activos relacionados con el agronegocio, como tierras agrícolas, infraestructura y tecnologías orientadas a la producción, ofreciendo una alternativa estructurada y segura para quienes desean apostar en el sector. Su relevancia aumentó a medida que Brasil necesitó adaptarse a un mercado global cada vez más competitivo, buscando aumentar la eficiencia y sostenibilidad de la producción rural.
Según la Comisión de Valores Mobiliarios (CVM), la industria de FIAGROs tuvo un crecimiento del 204% de marzo de 2023 a marzo de 2025, con un patrimonio neto saltando de R$ 14,7 mil millones a R$ 44,7 mil millones. En 2024, la captación neta fue de R$ 1,1 mil millones.
La expansión de estos fondos está contribuyendo no solo al aumento de la productividad, sino también a consolidar al productor rural como agente de la sostenibilidad, capaz de equilibrar resultados económicos y conservación ambiental.
En su mayor parte, las inversiones se destinaron a inmuebles rurales, infraestructura logística y tecnologías agrícolas, destacando la modernización de procesos y la adopción de nuevas tecnologías, como la agricultura de precisión y la irrigación eficiente. Esta inyección de recursos ha sido fundamental para la expansión y la competitividad del agronegocio brasileño, principalmente en lo que respecta a la sostenibilidad y al aumento de la productividad.
El crecimiento de estos fondos ha sido apoyado por la exención de impuestos sobre los rendimientos para personas físicas, lo que ha atraído a inversores tanto de Brasil como del extranjero, buscando alternativas rentables y con bajo riesgo en el contexto de la economía agrícola.
Tecnología para mayor resiliencia

Foto: Zoran Zeremski/ Shutterstock
Ante los desafíos globales impuestos por el cambio climático, el uso de la innovación en el campo también ha sido estratégico para ampliar la resiliencia del sector, mitigando riesgos y minimizando los impactos. Un ejemplo fue la sequía histórica que perjudicó cultivos y pastos en varias regiones de Brasil en 2024. Sin embargo, incluso ante el impacto, el PIB del sector creció un 1,81%, a diferencia de la caída esperada del 3%, según datos de la Confederación de Agricultura y Ganadería de Brasil (CNA). En el primer semestre de 2025, el crecimiento ya fue del 6,49%, superando las expectativas y consolidando el sector como uno de los principales impulsores de la economía brasileña.
El desarrollo de cultivos más resistentes al clima, como variedades de soja y maíz tolerantes a la sequía, es una tendencia. Las inversiones en irrigación inteligente para las operaciones es otro ejemplo de cómo el productor rural ha incorporado la innovación para minimizar los impactos del clima.
Este desempeño refuerza que sostenibilidad y resiliencia caminan juntas: prácticas como la integración agricultura-ganadería-bosque, el uso racional del agua, la energía renovable y la selección genética son resultado de la visión estratégica de productores que comprenden su papel no solo como proveedores, sino como protagonistas de la transición agroambiental.
Fuentes de referencia:
- Blockchain, satélites e IA: a origem da carne no radar
- Censo Agropecuário
- Protagonismo jovem ganha força no agro e transforma o campo
- Emissões de Fiagros em dezembro têm maior volume mensal em quase dois anos
- FIAGRO e CRA impulsionam agronegócio no mercado de capitais nos últimos dois anos
- ILPF é estratégia para reduzir emissões na agropecuária e ampliar acesso ao mercado de carbono
- PIB do agronegócio fecha 2024 com crescimento de 1,81%
- Sustentabilidade que vem de berço



