Proteína para qué te quiero: la relación entre la ingesta proteica, la fuerza y la masa muscular

La ingesta de proteínas es fundamental para mantener la fuerza, la masa muscular y prevenir la sarcopenia, advierten los médicos.

Por Dr. Marcus Quaresma e Dr. Raphael Einsfeld em 15 de septiembre, 2025

Personas mayores disfrutando de una comida saludable, rica en proteínas, ideal para el mantenimiento de la masa muscular en la tercera edad.
Imagen generada por Inteligencia Artificial

La asociación entre la ingesta de proteínas, la fuerza y la masa muscular es ampliamente reconocida en la literatura científica y merece especial atención, sobre todo en virtud de las evidencias más recientes que refuerzan la importancia de una ingesta proteica adecuada, especialmente entre quienes practican entrenamiento de fuerza y las personas mayores.

Inicialmente, es relevante destacar que diversas adaptaciones musculares ocurren en respuesta al entrenamiento de fuerza – comúnmente denominado musculación – considerado el principal estímulo para el mantenimiento y el aumento de la masa muscular. Este tipo de ejercicio, cuando es prescrito adecuadamente por un profesional cualificado, promueve el aumento de la tasa de síntesis proteica muscular hasta por 48 horas, además de intensificar la sensibilidad del músculo esquelético a los aminoácidos hasta por 24 horas. En otras palabras, el entrenamiento de fuerza condiciona al músculo a captar y utilizar aminoácidos, que son derivados de la ingesta de proteína, de manera más eficiente, favoreciendo los procesos de recuperación e hipertrofia.

Ante esto, surgen tres cuestiones esenciales:
(1) ¿Cuál es la ingesta proteica diaria recomendada?
(2) ¿Cómo debe distribuirse esta ingesta?
(3) ¿Cuál es la mejor fuente de proteína?

Las recomendaciones de ingesta proteica para adultos y personas mayores sedentarias varían entre 0,6 y 1,0 g/kg/día, dependiendo de condiciones clínicas específicas. Sin embargo, en individuos físicamente activos, particularmente aquellos que practican ejercicios de fuerza, estas necesidades aumentan. Para adultos físicamente activos, se recomienda una ingesta entre 1,6 y 2,2 g/kg/día, mientras que para personas mayores los valores recomendados oscilan entre 1,2 y 1,6 g/kg/día.

No obstante, además de la cantidad total, la distribución de la ingesta proteica a lo largo del día es un factor determinante para la optimización de la síntesis proteica muscular. La evidencia sugiere que los adultos jóvenes alcanzan un estímulo máximo de síntesis proteica con dosis de aproximadamente 0,2 a 0,3 g/kg de proteína por comida. Sin embargo, las personas mayores presentan un fenómeno conocido como resistencia anabólica, caracterizado por una menor eficiencia en la captación y utilización de aminoácidos por el músculo esquelético. Por esta razón, se recomienda una ingesta proteica por comida de, como mínimo, 0,4 g/kg en este grupo de edad.

Adicionalmente, el envejecimiento suele ir acompañado de un cuadro denominado anorexia del envejecimiento, una condición multifactorial que involucra alteraciones fisiológicas, bioquímicas, sociales y ambientales, y que resulta en la reducción de la ingesta calórica total, incluyendo proteínas. Esta menor ingesta compromete el estímulo anabólico muscular, dificultando el mantenimiento y el aumento de la masa muscular, y favoreciendo el desarrollo de sarcopenia – una condición musculoesquelética caracterizada por la reducción progresiva de masa, fuerza y función muscular.

La sarcopenia o pérdida muscular, es uno de los síndromes más estudiados en el contexto del envejecimiento por estar asociada a la incapacidad funcional, el aumento de la dependencia y un mayor riesgo de mortalidad. Su prevención y tratamiento se basan principalmente en el consumo adecuado de proteínas y en la práctica regular de ejercicio físico, con énfasis en el entrenamiento de fuerza.

Adicionalmente, el envejecimiento suele ir acompañado de un cuadro denominado anorexia del envejecimiento, una condición multifactorial que involucra alteraciones fisiológicas, bioquímicas, sociales y ambientales, y que resulta en la reducción de la ingesta calórica total, incluyendo proteínas. Esta menor ingesta compromete el estímulo anabólico muscular, dificultando el mantenimiento y el aumento de la masa muscular, y favoreciendo el desarrollo de sarcopenia – una condición musculoesquelética caracterizada por la reducción progresiva de masa, fuerza y función muscular.

La sarcopenia o pérdida muscular, es uno de los síndromes más estudiados en el contexto del envejecimiento por estar asociada a la incapacidad funcional, el aumento de la dependencia y un mayor riesgo de mortalidad. Su prevención y tratamiento se basan principalmente en el consumo adecuado de proteínas y en la práctica regular de ejercicio físico, con énfasis en el entrenamiento de fuerza.

Tabla 1 | Porciones alimentarias equivalentes a 20g de proteína: comparación entre fuentes animales y vegetales con arroz integral.

Alimento / CombinaciónCantidad aproximada para 20 g de proteínaOrigen
Pechuga de pollo a la plancha (sin piel)65.8 gAnimal
Carne de res magra cocida71.9 gAnimal
Huevo de gallina (cocido)192.3 g (3 – 4 unidades)Animal
Filete de pescado (tilapia, a la plancha)111.1 gAnimal
Leche de vaca entera851.1 mLAnimal
Queso minas frescal125.8 gAnimal
Frijol carioca cocido + arroz integral (120 g)360.7 g + 120 g de arrozVegetal (combinada)
Lenteja cocida + arroz integral (120 g)238.6 g + 120 g de arrozVegetal (combinada)
Garbanzo cocido + arroz integral (120 g)223.2 g + 120 g de arrozVegetal (combinada)
Soja cocida + arroz integral (120 g)101.9 g + 120 g de arrozVegetal (combinada)
Tofu firme cocido + arroz integral (120 g)256.3 g + 120 g de arrozVegetal (combinada)

Fuente: Tabla Brasileña de Composición de los Alimentos (TBCA)

Está claro que esta combinación es simplista y no representa un plato necesariamente real, que estará compuesto por otros vegetales y otras fuentes alimentarias que facilitarán alcanzar el objetivo proteico diario; sin embargo, revela la disparidad en cuanto a la proteína considerando las diferentes fuentes proteicas. Por lo tanto, los vegetarianos deben prestar atención a las cantidades adecuadas, buscando un profesional cualificado (Nutricionista).

De esta forma, la adopción de una dieta mixta, que combine fuentes proteicas animales y vegetales, parece ser la estrategia más adecuada para preservar la salud muscular en personas mayores. Las proteínas animales, especialmente la carne roja magra, aportan nutrientes críticos como el hierro, mientras que las proteínas vegetales contribuyen a la salud de la microbiota intestinal y al control glucémico. La combinación equilibrada de ambas permite aunar calidad nutricional, seguridad metabólica y sostenibilidad funcional.

Referencias

Morton RW, Murphy KT, McKellar SR, et al. A systematic review, meta-analysis and meta-regression of the effect of protein supplementation on resistance training-induced gains in muscle mass and strength in healthy adults [published correction appears in Br J Sports Med. 2020 Oct;54(19):e7. doi: 10.1136/bjsports-2017-097608corr1.]. Br J Sports Med. 2018;52(6):376-384. doi:10.1136/bjsports-2017-097608

Nunes EA, Colenso-Semple L, McKellar SR, et al. Systematic review and meta-analysis of protein intake to support muscle mass and function in healthy adults. J Cachexia Sarcopenia Muscle. 2022;13(2):795-810. doi:10.1002/jcsm.12922

Tabla Brasileña de Composición de Alimentos (TBCA). Universidad de São Paulo (USP). Food Research Center (FoRC). Versión 7.2. São Paulo, 2023.

Dr. Marcus Quaresma

Posee una licenciatura en Nutrición por el Centro Universitario São Camilo (2013), se desempeñó como pasante en el Centro de Estudios en Psicobiología y Ejercicio (CEPE) en el año 2013, fue alumno de formación técnica (TT3) en la Universidad Federal de São Paulo en el año 2014; Especializado en Fisiología del Ejercicio Aplicada a la Clínica (UNIFESP-BS) (2015) y Nutrición Deportiva: Bases fisiológicas, bioquímicas y moleculares (FAPES-SP) (2016). Especialista en Nutrición Deportiva por la Asociación Brasileña de Nutrición (ASBRAN). Máster en Ciencias por la Universidad Federal de São Paulo (2017), Doctor en Ciencias por la Universidad de São Paulo (2018 - 2022) y Miembro del Grupo de Estudios en Nutrición, Actividad Física y Procesos de Envejecimiento (NAFE-USP). Docente de los cursos de Nutrición y Medicina del Centro Universitario São Camilo. Fue nutricionista clínico en el Ambulatorio de Nutrición del Sector de Lípidos, Aterosclerosis y Biología Vascular (2014 - 2018). Actualmente es nutricionista deportivo del club de atletismo Orcampi (2017 - Actual) y del Instituto Vanderlei Cordeiro de Lima (IVCL; 2020 - Actual). Es coordinador científico de la Asociación Brasileña de Nutrición Deportiva (2014 - Actual). En la licenciatura imparte las asignaturas de Biomoléculas, Nutrición Deportiva, Determinantes Nutricionales en el Envejecimiento y Nutrición Basada en la Evidencia. Es miembro del Laboratorio de Ejercicio y Calidad de Vida, cuya línea de investigación se enfoca en la evaluación de parámetros nutricionales y su relación con resultados en salud, especialmente, la sarcopenia, el síndrome de deficiencia energética relativa en el deporte y el sueño. Además, estudia el efecto de las intervenciones para modificar la composición corporal y el rendimiento físico.

Dr. Raphael Einsfeld

Raphael Einsfeld (MD, MBA, MSc, PhD) Coordinador de Medicina del Centro Universitario São Camilo de São Paulo, Doctorado en neurociencias por la UNIFESP, MBA en Gestión en Salud por la FGV, Profesor de Economía de la Salud por la FGV, Profesor Titular de la Cátedra de Emergencias – Centro Universitario São Camilo, Médico del Deporte por la UNIFESP. El Dr. Raphael cuenta con una amplia experiencia en la gestión de servicios de salud, habiendo sido director médico de importantes instituciones en São Paulo. Se desempeña desde hace más de 10 años en el área de educación médica y posee líneas de investigación en medicina deportiva y educación en salud. Tiene una vasta experiencia en consultoría, habiendo participado en procesos de transformación de diversos hospitales y universidades.