Carne durante el embarazo reduce hasta en un 30% el riesgo de mortalidad neonatal, revela un estudio

Revisión científica destaca los beneficios del consumo de carne en gestantes y refuerza el papel de la proteína para la salud de madres y bebés.

Por Christiane Alves em 12 de septiembre, 2025

Atualizado: 22/09/2025 - 15:09

Mujer embarazada sostiene un plato con carne, tomando jugo de naranja durante el embarazo, destacando los beneficios del consumo de carne en la gestación para reducir los riesgos de mortalidad neonatal.
Imagen generada por Inteligencia Artificial

En un momento en que las dietas plant-based ganan visibilidad, un tema sensible vuelve al centro de los debates: la alimentación durante el embarazo. Según la revisión bibliográfica “Carne Bien Criada”, realizada por Adeca Agronegocios, grupo de consultoría de la Escuela Superior de Agricultura “Luiz de Queiroz”, de la Universidad de São Paulo (Esalq/USP), las mujeres que consumen carne durante la gestación tienen menor riesgo de complicaciones graves, como parto prematuro, bajo peso al nacer e incluso mortalidad neonatal.

El documento reúne datos de diversas publicaciones científicas, entre ellas el estudio de Pili Kamenju, realizado en Tanzania, que siguió a más de siete mil gestantes. Una mayor frecuencia de consumo de proteína de origen animal por mujeres gestantes constató un 30% menos de riesgo de mortalidad neonatal. También se observaron un 28% menos de riesgo de parto prematuro, un 36% menos de probabilidad de que el bebé naciera con bajo peso y un 41% menos de probabilidad de nacimiento muy prematuro (con menos de 32 semanas).

Nutrición en fases críticas de la vida

Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), publicado en 2023, los alimentos de origen animal terrestre desempeñan un papel decisivo para la salud y el desarrollo humanos, especialmente en momentos de mayor vulnerabilidad nutricional, como la gestación, la lactancia, la infancia, la adolescencia y el envejecimiento. Titulado “Contribución de los alimentos de origen animal terrestre a una dieta saludable para mejorar la nutrición y la salud”, el documento destaca que carnes, huevos y lácteos ofrecen proteínas de alto valor biológico, además de nutrientes como ácidos grasos esenciales, hierro, zinc, selenio, calcio y vitamina B12, todos relevantes para la formación fetal y para la salud de la gestante. Asimismo, según la FAO, es difícil obtener estos nutrientes en cantidad y calidad suficientes únicamente a través de alimentos de origen vegetal.

La gestación exige atención redoblada a la dieta

Durante el embarazo, el equilibrio nutricional es esencial para garantizar el buen desarrollo del feto y la salud de la madre. Las dietas que eliminan completamente grupos alimenticios, como la carne, pueden poner en riesgo el suministro adecuado de micronutrientes. El informe de la FAO señala que las deficiencias nutricionales en este período aumentan el riesgo de problemas como el crecimiento intrauterino restringido, bajo peso y talla al nacer, parto prematuro y otras complicaciones que afectan la salud a lo largo de la vida.

Entre los nutrientes más críticos se encuentra el hierro, cuya carencia es común en la gestación y puede conducir a efectos adversos, tanto para la madre como para el bebé, incluyendo alteraciones en el neurodesarrollo, la cognición y la salud mental infantil, como indica la revisión bibliográfica “Carne Bien Criada”, al citar el estudio “Relationship Between Maternal Meat Consumption During Pregnancy and Umbilical Cord Ferritin Concentration”, de Mario Moraes Castro y otros investigadores. El hierro, así como el zinc, presentes con alta biodisponibilidad en las carnes, son especialmente importantes durante el embarazo, fase marcada por una expansión significativa del volumen plasmático.

La carne roja, en particular, ofrece hierro hemo, de absorción más eficiente, esencial para la formación de la placenta y para el transporte de oxígeno por el organismo. Por ello, asegurar el acceso a alimentos ricos en nutrientes, de forma segura y equilibrada, sigue siendo una de las estrategias más eficaces para promover la salud materno-infantil. En este contexto, los productos de origen animal ocupan un espacio relevante.