Carne en la dieta del atleta: recuperación muscular y rendimiento

Artículo de Luciana Haddad – médica cirujana del aparato digestivo – aclara los beneficios de la carne para el alto rendimiento.

Por Luciana Haddad em 9 de septiembre, 2025

Carne en la dieta del atleta
Imagen generada por Inteligencia Artificial

La alimentación es un factor central para el desempeño deportivo y la recuperación muscular, pero no siempre los atletas asocian la carne con los beneficios necesarios para estos procesos. Sin embargo, entre los diferentes grupos alimentarios, la carne se destaca por ser una fuente rica en proteínas de alto valor biológico y en micronutrientes esenciales para las funciones muscular y metabólica. En este artículo, exploro cómo la carne puede contribuir al rendimiento deportivo, enfatizando los beneficios de las proteínas, el hierro, el zinc y otros compuestos bioactivos presentes en el alimento.

Proteínas de la carne y la recuperación muscular

La recuperación muscular después del ejercicio depende de la reposición de proteínas, esenciales para la reparación y el crecimiento de las fibras musculares. La carne es una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, es decir, contiene todos los aminoácidos esenciales para la síntesis proteica muscular. Uno de estos aminoácidos, la leucina, desempeña un papel fundamental al estimular la vía mTOR, responsable del crecimiento y la reparación muscular después del ejercicio físico (Phillips, 2017).

Estudios muestran que la ingesta adecuada de proteínas, especialmente las de origen animal, puede aumentar la tasa de síntesis proteica muscular y reducir la degradación muscular inducida por el ejercicio intenso. En comparación con las proteínas vegetales, la carne ofrece un perfil de aminoácidos más completo y una mayor biodisponibilidad, favoreciendo la recuperación muscular y la adaptación al entrenamiento (Van Vliet et al., 2015).

Además, la carne contiene creatina, un compuesto naturalmente presente en las fibras musculares y fundamental para la regeneración del ATP (trifosfato de adenosina), la principal fuente de energía celular durante ejercicios de alta intensidad. La suplementación de creatina ha sido ampliamente estudiada y asociada al aumento de la fuerza, la potencia y la recuperación muscular (Kreider et al., 2017).

Hierro: transporte de oxígeno y reducción de la fatiga

Foto: Dean Drobot/ Shutterstock

El hierro es uno de los minerales más importantes para los atletas, especialmente aquellos que practican deportes de resistencia. Es un componente esencial de la hemoglobina y la mioglobina, proteínas responsables del transporte y almacenamiento de oxígeno en el organismo.

La deficiencia de hierro es común entre los atletas, siendo particularmente frecuente en mujeres, corredores de larga distancia y vegetarianos, debido al aumento de la demanda metabólica y a las pérdidas por el sudor, la orina y el tracto gastrointestinal (Sim et al., 2019). La carencia de este mineral puede llevar a la anemia ferropénica, una condición asociada a la fatiga, la disminución del rendimiento físico y una recuperación perjudicada (McCormick et al., 2020).

La carne roja es una de las mejores fuentes de hierro hemo, que tiene alta biodisponibilidad y es absorbido con mayor eficiencia por el organismo en comparación con el hierro no hemo presente en los alimentos vegetales. Para los atletas, garantizar una ingesta adecuada de hierro es esencial para mantener los niveles de hemoglobina y optimizar el transporte de oxígeno a los músculos activos, previniendo la fatiga y mejorando el rendimiento deportivo (Burden et al., 2015).

Zinc: inmunidad y recuperación muscular

Otro micronutriente esencial encontrado en la carne es el zinc, que desempeña un papel fundamental en la síntesis proteica, la cicatrización tisular y el fortalecimiento del sistema inmunológico. La práctica intensa de ejercicios puede aumentar la demanda de zinc, y su deficiencia está asociada a perjuicios en la recuperación muscular, aumento de la inflamación y compromiso de la respuesta inmunológica (Gleeson et al., 2019).

El zinc presente en la carne tiene alta biodisponibilidad y contribuye a la producción de testosterona, una hormona esencial para la recuperación y el crecimiento muscular. Además, actúa en la modulación del estrés oxidativo, reduciendo los impactos del ejercicio intenso en las células musculares y acelerando su regeneración (Wessels et al., 2021).

Otros compuestos bioactivos de la carne y el rendimiento deportivo

Además de las proteínas y minerales, la carne contiene otros compuestos bioactivos que pueden beneficiar el rendimiento deportivo. Entre ellos, se destacan:

  • Carnitina: esencial para el metabolismo energético, auxilia en el transporte de ácidos grasos a la mitocondria, donde se convierten en energía. Estudios sugieren que la suplementación con carnitina puede reducir la fatiga muscular y mejorar la recuperación post-ejercicio (Fielding et al., 2018).
  • Colágeno: presente en cortes específicos de la carne, contribuye a la salud de las articulaciones, tendones y ligamentos, siendo un componente importante para deportes de impacto (Shaw et al., 2017).
  • Coenzima Q10: antioxidante que auxilia en la producción de energía en las mitocondrias, pudiendo mejorar la resistencia muscular y reducir el estrés oxidativo inducido por el ejercicio (Cooke et al., 2008).

Mitos y verdades sobre el consumo de proteína animal para atletas

Foto: Pixel-Shot/ Adobe Stock

El consumo de proteínas, especialmente las de origen animal, está rodeado de diversos mitos cuando se trata de nutrición deportiva. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que la ingesta adecuada de este nutriente es esencial para la recuperación muscular, el mantenimiento de la masa magra y el rendimiento deportivo. Un estudio reciente publicado en el Journal of the International Society of Sports Nutrition analizó los equívocos más comunes sobre el consumo de proteínas y aportó evidencias que refuerzan sus beneficios para los atletas (Antonio et al., 2024).

Muchas veces, se asocia un alto consumo de proteínas con posibles daños renales, pero las evidencias científicas indican que, en individuos sanos, la ingesta elevada de este nutriente no causa perjuicios a la función renal. Este riesgo es relevante solo para personas con enfermedades renales preexistentes.

Otro mito frecuente es la idea de que comer más proteínas puede llevar al aumento de grasa corporal. Sin embargo, estudios muestran que el aumento de grasa está más relacionado con el exceso calórico total que con la ingesta proteica aislada. Las dietas ricas en proteínas pueden, incluso, favorecer una mejor composición corporal, ayudando a preservar la masa muscular y a reducir la grasa corporal, siempre que se inserten en una planificación alimentaria adecuada.

También se cuestiona si la carne es realmente esencial en la dieta de atletas, considerando que las proteínas vegetales podrían suplir las necesidades del organismo. Aunque es posible satisfacer las demandas proteicas con una alimentación basada en fuentes vegetales, las proteínas animales ofrecen un perfil de aminoácidos más completo y una mayor biodisponibilidad, facilitando la síntesis proteica muscular y la recuperación post-ejercicio. Además, la carne proporciona nutrientes fundamentales, como hierro hemo y vitamina B12, que desempeñan papeles esenciales en la oxigenación de los músculos y en la producción de energía, factores críticos para el rendimiento deportivo.

Con base en estas evidencias, queda claro que el consumo equilibrado de proteínas de origen animal puede ser un gran aliado en la recuperación muscular, en la optimización del rendimiento y en el mantenimiento de la salud a largo plazo. Ajustar la ingesta proteica a las demandas individuales, siempre considerando la calidad de las fuentes alimentarias, es esencial para un mejor rendimiento deportivo.

Cómo incorporar la carne de forma saludable en la dieta del atleta

La carne desempeña un papel importante en la dieta de atletas al proporcionar proteínas de alta calidad, hierro, zinc y otros compuestos bioactivos esenciales para la recuperación muscular y el rendimiento deportivo. El consumo adecuado de este alimento puede auxiliar en el mantenimiento de la fuerza, reducir la fatiga y mejorar la adaptación al entrenamiento. Sin embargo, es fundamental equilibrar la ingesta de carne con otras fuentes nutricionales para garantizar una dieta diversificada y alineada con las necesidades individuales de cada atleta. Aquí están algunas recomendaciones para incorporar la carne de forma saludable y estratégica en la alimentación deportiva.

  • Priorice cortes magros: carnes como cadera, tapa, solomillo y pechuga de pollo ofrecen proteínas de alta calidad con menor contenido de grasa saturada.
  • Combine con fuentes de vitamina C: para optimizar la absorción del hierro presente en la carne, consúmala junto con alimentos ricos en vitamina C, como naranja, kiwi, fresa o pimiento.
  • Equilibre con proteínas vegetales: aunque la carne es una excelente fuente de aminoácidos esenciales, variar la dieta con legumbres, frutos secos y lácteos puede ofrecer beneficios adicionales.
  • Evite preparaciones ultraprocesadas: opte por métodos de preparación saludables, como a la parrilla, asado o cocido, y evite carnes procesadas, como embutidos y fiambres, que pueden contener conservantes y sodio en exceso.
  • Respete las necesidades individuales: la cantidad ideal de carne en la dieta depende del tipo de deporte, el volumen de entrenamiento y el metabolismo de cada atleta. El acompañamiento de un nutricionista deportivo puede ayudar a ajustar el consumo según las demandas energéticas y proteicas de cada individuo.

Al seguir estas recomendaciones, los atletas pueden aprovechar al máximo los beneficios de la carne, garantizando un aporte nutricional adecuado para optimizar el rendimiento, la recuperación y la salud a largo plazo.

Luciana Haddad

Médica cirujana del aparato digestivo por la USP, libre docente por la Facultad de Medicina de la USP, Postdoctora en Evaluación Económica en Salud. Asistente del Servicio de Trasplantes de Órganos Abdominales del Hospital de Clínicas de la FMUSP y presidenta de la Asociación Brasileña de Trasplante de Órganos.